Por Carlos Castillo Peralta.

Numerosos estudios han puesto de manifiesto una asociación entre la alimentación y el riesgo de contraer ciertas enfermedades crónicas, como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurodegenerativas, diabetes mellitus tipo 2, cataratas, hipertensión, etc.

No obstante, existen alimentos que ejercen un efecto protector contra dichos padecimientos.

Dentro de este grupo se encuentran las frutas y hortalizas, alimentos que contienen cantidades importantes de vitaminas, minerales, y fibra, necesarios para el desarrollo saludable de los seres humanos.

Asimismo las frutas y hortalizas contienen cantidades importantes de determinados compuestos biológicamente activos ("bioactivos") beneficiosos para la salud más allá de la nutrición básica, tales compuestos son los llamados fitoquímicos.

El término fitoquímico hace referencia a las sustancias que se encuentran en los alimentos de origen vegetal ("fito") y otros organismos fotosintéticos, como las algas. Al igual que las vitaminas y minerales están distribuidos en cantidades muy pequeñas: miligramos, microgramos, etc. Generalmente son los responsable de impartir las propiedades sensoriales a estos alimentos. No tienen una función nutricional clásicamente definida, es decir no son considerados nutrientes esenciales, ya que no se ha demostrado que su carencia produzca síntomas patológicos. Tampoco aportan calorías.

Los mecanismos protectores de carácter general ejercidos por los fitoquímicos son: protección antioxidante, protección contra el daño del ADN, mejora del sistema inmunológico y modulación hormonal.

Estos mecanismo serían llevados a cabo mediante una compleja sinergia entre los diversos compuestos bioactivos presentes en los alimentos no procesados (frescos, enteros), lo que explicaría porque la suplementación del principio activo aislado presenta una menor eficacia y en algunos casos incluso carezca de beneficios. Por lo tanto, siempre es mejor consumirlos de fuentes naturales en vez de suplementos dietéticos.

Los fitoquímicos constituyen un grupo de compuestos muy numerosos. Tradicionalmente se clasifican en: carotenoides, fenólicos, alcaloides, nitrogenados, y organosulfurados. Siendo los más conocidos y mejor estudiados los carotenoides y los fenólicos.

Los carotenoides son pigmentos liposolubles, característicos de frutas y hortalizas de color rojo, anaranjado y amarillo, habiendo recibido atención considerable por su papel antioxidante y pro-vitamina A. Se encuentra en las zanahorias, camote, calabaza, papaya, mango, melón, en los tomates, sandías, duraznos, toronjas y guayabas de pulpa rosa, etc.

Los fenólicos, también denominados fenoles o polifenoles, constituyen un amplísimo conjunto de sustancias, y son responsables de la coloración azul, violeta, púrpura, rojo y naranja, de las plantas. Se encuentran en los arándanos, uva, mora, cereza, frambuesa, fresa, ciruela, granada, especias, cacao, té verde, té negro, café, vino tinto, en la soya, etc.

Existen numerosos estudios que demuestran que consumir vegetales en la dieta es beneficioso para la salud humana. Debido a ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir como mínimo cinco porciones de frutas y hortalizas, preferentemente frescas, diariamente, para obtener así una alimentación saludable.