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La tuna ¿peruana o mexicana?

Publicado: 2014-04-03

Por Carlos Castillo Peralta.

La tuna (Opuntia spp.) es una fruta que se encuentra ampliamente distribuida en nuestro territorio, especialmente en los valles interandinos donde ha encontrado condiciones adecuadas para su establecimiento, constituyéndose en uno de los elementos más característico de la flora nativa de la región.

Según numerosos investigadores, el centro de origen de la tuna es el continente americano, encontrándose ampliamente distribuida en países como Perú, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela, México, Estados Unidos y varios países de América Central y el Caribe. Asimismo, se ha difundido a Europa, África, Asia y Oceanía, existiendo especies tanto cultivadas como silvestres. Sin embargo, al no contarse con datos precisos que sustenten la región de origen de ésta especie, se suscitaron algunas discrepancias al tratar de ubicar con mayor precisión la región de América donde se originó.

La mayoría de investigadores concuerdan en que los dos centros principales de origen de la tuna se encontrarían en la Meseta Central de México y en la estribación oeste de los Andes de Perú y Bolivia. De estos lugares habría sido llevada a España y desde allí distribuida hacia otros países del mundo.

Las primeras evidencias sobre el uso de cactáceas encontradas en el Perú se remontan al Período Lítico o pre-agrícola (18,000-6,000 a.n.e.), y se encontraron próximas a la cueva de Pachamachay (Junín). En ese sitio se hallaron semillas de una especie de Opuntia de una antigüedad de más de 11,800 años.

Posteriormente se encontraron restos de Opuntia y otras cactáceas, formando parte de ofrendas con las que se enterraban a los muertos como anzuelos, alfileres o peines hechos con las espinas de estas especies. También se han encontrado restos de Opuntia formando parte del material de construcción en algunas edificaciones pre-hispánicas.

Hay evidencia que la tuna fue cultivada y consumida por los antiguos habitantes del Perú, habiéndose corroborado que varias culturas peruanas prehispánicas (Paracas, Nazca, Huari, Tiahuanaco, Chimú e Inca) usaron la grana o cochinilla del carmín (Dactylopius coccus Costa), insecto que crece en esta planta, para el teñido de sus textiles. Al respecto, los Paracas y los Incas tuvieron conocimiento de la cochinilla y la usaron junto con el nogal y el musgo para teñir sus finos tejidos.

En un estudio realizado en 170 muestras de tejidos pertenecientes a distintos periodos culturales y zonas geográficas del Perú, se encontró escasa presencia de cochinilla, solamente 3 muestras de las 141 analizadas, en tejidos Paracas y Nazca (culturas desarrolladas entre los años 300 a.n.e. a 700 d.n.e.). En el mismo estudio, se informa de la presencia de D. coccus en 47 muestras de 52 que pertenecían a las culturas Huari, Tiahuanaco, Chimú, Chancay e Inca (todas estas culturas se desarrollaron entre los años 500 a 1,532 d.n.e.). Por tanto se puede inferir que después de los Huari la preferencia por estos insectos se hizo evidente.

La tuna ha sido documentada especialmente en la iconografía Mochica (200-700 d.n.e.), presumiblemente sus frutos eran consumidos por los moches, así como por los animales (zorros y venados) que se distinguen en sus ceramios.

Otro argumento sostenido para la determinación del origen de la tuna en el Perú se basa en los primeros reportes de los cronistas como el sacerdote Bernabé Cobo (1650), quien hace referencia a esta cactácea y describe sus características, lo que indicaría que durante la llegada de los españoles a esta parte del continente americano encontraron estas plantas bajo cultivo. Igualmente, los cronistas hacen mención sobre el uso de la cochinilla, así Miguel de Estete (1534) informa que la cochinilla se cultivó en el Perú desde antes de la llegada de los españoles, señala además que habrían pruebas de que la cochinilla se producía y se empleaba como colorante, no sólo en Perú (Ayacucho) sino también en Bolivia y Chile.

Sin embargo, numerosos investigadores consideran que la tuna es originaria de Mesoamérica (México), señalando que desde allí se diseminó hacia el resto del mundo (y posiblemente hacia América del Sur) a través de viajes comerciales. Recientes estudios de clasificación filogenética refuerzan esta hipótesis. Asimismo, señalan que México es el país con mayor diversidad y abundancia de especies (alrededor de 80) y cultivares (aproximadamente 150) de tuna a nivel mundial.

Los mexicanos argumentan que la tuna forma parte importante del legado de sus antepasados prehispánicos y constituye objeto de culto hasta el punto de ser considerada una planta sagrada. Además, existirían evidencias arqueológicas de su uso desde hace más de 7,000 años.

Para los mexicanos la tuna forma parte de la llamada "identidad mexicana". Según la leyenda, los aztecas se establecerían donde encontraran un águila parado sobre una planta de tuna devorando una serpiente, es así como se funda la ciudad de Tenochtitlán (actualmente ciudad de México). Este simbolismo quedaría plasmado en el Escudo Nacional Mexicano.

A modo de conclusión como peruanos deberíamos reflexionar sobre ¿qué hacen el gobierno y las autoridades para proteger nuestros recursos naturales y nuestra biodiversidad? Después nos estamos lamentando, como ocurrió con el "pisco peruano", el "suspiro limeño", la "papa", etc., etc. Entonces sobre el origen de la tuna habría que preguntarse si se trata de un caso más de expropiación intelectual y cultural o simple dejadez de nuestros gobernantes y políticos…


Escrito por

Carlos Castillo Peralta

Soy ingeniero, con Posgrado en Gestión Pública. Capacitador. Consultor. Apasionado por la lectura y las tecnologías.


Publicado en

Willka Mikhuna

Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento. Hipócrates.