La tuna alimento ancestral
Por Carlos Castillo Peralta.
Las primeras evidencias de la utilización de la tuna en el Perú se encontraron próximas a la cueva de Pachamachay (Junín), en dicho sitio se hallaron semillas de este fruto de una antigüedad de más de 11,800 años. Posteriormente se encontraron restos de tuna y otros cactus, formando parte de ofrendas con las que se enterraban a los muertos, como anzuelos, alfileres o peines, hechos con las espinas de estas especies. También se han encontrado restos de tuna formando parte del material de construcción en algunas edificaciones pre-hispánicas.
La tuna fue conocida, cultivada y consumida por los antiguos habitantes del Perú. Al respecto, se ha comprobado que varias culturas peruanas prehispánicas (Paracas, Nazca, Huari, Tiahuanaco, Chimú e Inca) usaron la grana o cochinilla del carmín, insecto que crece en esta planta, para el teñido de sus textiles. Los Paracas y los Incas tuvieron conocimiento de la cochinilla y la usaron junto con el nogal y el musgo para teñir sus finos tejidos.
La tuna ha sido documentada especialmente en la iconografía Mochica (200-700 d.n.e.), presumiblemente sus frutos eran consumidos por los moches, así como por los animales (zorros y venados) que se distinguen en sus ceramios.
Los primeros reportes de los cronistas (aprox. 1,650) hacen referencia a la tuna y describen sus características, lo que indicaría que cuando llegaron los españoles a esta parte del continente americano encontraron estas plantas bajo cultivo. Igualmente, hacen mención a la cochinilla, informando que este insecto se cultivó en el Perú desde épocas pre-hispánicas, señalan además que habrían pruebas de que la cochinilla se producía y se empleaba como colorante, no sólo en Perú sino también en Bolivia y Chile, reportando que los indios recogían "mucha grana y algodón".
Sin embargo, hay que resaltar que el papel de la tuna en nuestra dieta ha sido subvalorado. De hecho, es un producto que no ha tenido el protagonismo que debiera, reduciéndose su consumo mayormente a los pobladores de la Sierra, estigmatizado durante años como cultivo y alimento de pobres.
Afortunadamente, en tiempos recientes, debido a numerosos estudios que ponen de manifiesto las propiedades beneficiosas para la salud, derivadas del consumo de tuna, esta tendencia está cambiando.